Estamos ante un trabajo emocional, al descubierto, sin máscaras, sin
tapujos. Flamenco al desnudo que permite al espectador disfrutar de las
almas libres que lo interpretan. Porque sólo así el artista se siente
libre. Por eso este es un espectáculo vivo, que respira a cada momento a
través del cante, las guitarras, la percusión, las palmas, la flauta o
el baile. Cada pieza que conforma este espectáculo, cada persona, dota al
mismo de una personalidad única a la vez que se suma a la de sus
compañeros para ofrecer toda una fiesta flamenca.
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