Fecha: Del 17 al 24 de Abril
Las distintas manifestaciones y actos con los que se prepara la llegada de la Semana Santa , tales como vía crucis, conciertos, exposiciones o ensayos con los tronos, dan paso a la solemne celebración con el Pregón que tiene lugar en el Teatro principal de la ciudad. Así principia la ajetreada Semana Santa alicantina, en la que veinticinco procesiones y más de treinta conjuntos escultóricos engalanados con flores, se entrelazan y pueblan los barrios, plazas y avenidas. Entre toda esta riqueza ornamental destacan, por encima de todos, los actos de Miércoles y Jueves santo. El primero de estos días tienen lugar la Procesión de la Santa Cruz, que, desde el barrio con el mismo nombre situado en la ladera del monte Benacantil, hace fluir en bajada los pasos del Cristo gitano y el Descendimiento a través de las estrechas y enrevesadas calles del Casco Antiguo hasta el centro urbano. En este descenso es impresionante el esfuerzo y la habilidad de los costaleros, que luego deben ascender, con no menor ahínco, para devolver las imágenes a la ermita del Barrio de Santa Cruz.
La noche del Jueves santo, preludio de la Crucifixión, tiene como protagonista la imponente Procesión del Silencio, que muestra como figuras centrales dos dramáticas imágenes de incalculable valor artístico: el Cristo de la Buena Muerte, obra de Nicolás de Bussi (s.XVII) y la Virgen de las Angustias, obra de Francisco Salzillo(s. XVIII). Estas imágenes son acompañadas de la incierta luz de las velas, la vibrante solemnidad de trompetas y timbales, la dolorosa ruptura del silencio con la saeta que comienza y el intenso aroma del incienso, las flores o la cera quemada.
Asimismo, son de resaltar las procesiones del Martes Santo, o la mañana del Viernes Santo donde salen en desfile una sucesión de figuras de la Pasión por la Explanada, entre las que sobresale la de la Verónica, cubierta con un preciosos manto profusamente decorado con bordados en oro, siendo ésta una procesión muy arraigada en el sentir alicantino de La Pasión. También es la Explanada, con su atrezzo de luz mediterránea y palmeras cimbreantes, el escenario de la procesión de la Virgen de la Alegría que desfila el Domingo de Resurrección junto a la imagen de Cristo Resucitado tras el Encuentro en la Plaza de Ayuntamiento.
Pese a esta solemnidad, venir en Semana Santa a Alicante permite que el visitante pueda alternar ratos de recogimiento con los de diversión, de ensimismarse en contemplar el arte ,con disfrutar de todas las posibilidades que ofrece la ciudad, siempre con un ambiente cálido y acogedor.
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